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  • Foto del escritor: MedCast
    MedCast
  • 28 jun 2020
  • 4 Min. de lectura

¿Qué es el estrés? Y, ¿cómo podemos manejar sus efectos en nuestra salud?


Por: Camila Almendras Peña Troncoso. Estudiante de medicina 5to año, Universidad autónoma de Santo Domingo (UASD).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al fenómeno del estrés como las reacciones fisiológicas que en su conjunto preparan al organismo para la acción[1]. El estrés es una alarma, un estímulo que conduce a la acción, una respuesta necesaria para la supervivencia, que puede ser coherente con las demandas del entorno, o bien, insuficientes o exageradas.


Hoy en día, esa reacción fisiológica ha dejado de presentarse como estímulo conveniente y natural del organismo, pues ya se manifiesta de forma muy habitual como cargas excesivas en muchas personas, lo que va provocando diversas enfermedades que afectan la realización de las actividades cotidianas.


Podemos encontrar estrés como origen de enfermedades o que influyen o favorecen indirectamente factores de riesgo, como por ejemplo en la obesidad, el consumo de tabaco, la hipertensión, potenciar enfermedades psíquicas, entre otras afectaciones.


En algún momento en la vida del individuo este ha de experimentar sentimientos de tristeza, ansiedad, mal humor, insomnio, cefalea (dolor de cabeza), gastritis y palpitar acelerado, todos síntomas asociados al estrés. Por ello, este ha sido ya considerado como un trastorno mental cuando se verifica excesivo y provoca comportamientos sociales desajustados, expresado en malestar persistente en el tiempo, y es que, hace a nuestro organismo mucho más vulnerable y conduce desarrollar alteraciones en la salud e incluso tan graves que nos pueden costar la vida.


Cuando se produce como respuesta necesaria para la supervivencia, como reacción normal de nuestro cuerpo ante estados de tensión o de nervios, no representa amenaza para el estado de salud. Es natural que aparezca ante exceso de trabajo o ampliación de responsabilidades individuales, familiares o al intervenir un suceso traumático, entre otros. La dificultad aparece cuando dejar de ser excepcional y entra en lo habitual.


[1] (OMS, 1994).




Debemos detenernos para aclarar que vivimos hablando de ¨estrés¨ ante el primer asomo de tensión y las personas ofrecen sobre esto diversos significados. Lo cierto es, que no todo evento en que se sienta presión o nerviosismo es negativo, pues como antes afirmamos el organismo genera una alarma para provocar mayor atención y estimular el mejor de los esfuerzos. Quiere decir que las diversas situaciones del diario vivir no necesariamente va a tener que afectarme igual y ocasionar un trastorno en la salud.


Ahora bien, si son advertidas variables fisiológicas desproporcionadas, como también la desmedida interpretación cognitiva entre el pensamiento y respuesta, es notable que estuviéramos frente a un estrés que deber considerado para atención en salud mental.


Cuando se afecta nuestro estado de ánimo, el descanso se ve perjudicado y una mente poco descansada tiene menor capacidad de resolver problemas y la tendencia es sufrir un deterioro rápido en la facultad de respuesta ante eventos difíciles. Ocurre entonces, que aumentado el nivel de estrés resultan afectados aspectos como el sueño y la alimentación, lo que dará al traste con la calidad de vida y, en consecuencia, afectación de la salud.

Existen síntomas que se revelan en situaciones de estrés:


Igualmente, son generadas actitudes y comportamientos que acaban con nuestra energía y vuelven más detonantes el estrés, como:


· Pensar demasiado

· Tratar de agradar a todo el mundo

· Fingir que todo está bien

· Vivir la vida de otros

· No escucharte

· Vivir pensando en el pasado

· Discutir sin sentido

· Quejarte de todo

· Miedo a intentarlo

· Frustraciones


Conociendo más sobre el estrés y sus efectos tan dañinos, es vital que los individuos procuren desarrollar estrategias de vida más apropiadas, a fin de prevenir o minimizar al máximo sus consecuencias.


Existen una variedad de fórmulas, métodos, para poder hacer frente a este fenómeno, pero la premisa es la relajación. Esta puede ejercitarse dependiendo las circunstancias de cada individuo.


Por ejemplo, existe el llamado método de relajación progresiva Jakobson, el que básicamente consiste en tensar y relajar distintos grupos musculares. Esa técnica se basa en que los pensamientos y comportamientos asociados al estrés provocan tensiones musculares. Cuando estamos tensos, nuestra percepción del estrés y la sensación de ansiedad aumentan. Al relajar la musculatura, conseguiremos controlar esas sensaciones.[1]


La vida actual es cada vez más estresante y nos enfrentamos a días abrumadores, bajo la sombra de una pandemia, por lo que se impone el manejo y atención del estrés. Procurar métodos de relajación y ejercitarlos, ayudará y contribuirá en reducir los niveles de tensión.





Mucho estrés serás igual a cansancio, ansiedad y consecuentemente en afectación a nuestra salud.


En definitiva, será vital entender que las dificultades forman parte del día a día, que no podemos mirarlas como cuestiones insalvables, como algo amenazante, sino que debemos adoptarlas como retos que bien pueden ser asumidos y vencidos, salvaguardando nuestra salud metal.

14 de Junio del 2020. Bani, Provincia Peravia.

3:11PM


Referencias:


2. Luara, V. Reyes Gomez, Dario Ibarra Zavala, Maria E. Rolanda Torres Lopez y rocio selene Razo Sanchez . Revista.unam.mx 2 de julio 2012 resvista en línea https://www.quironsalud.es/blogs/es/psicologia-salud/afecta-estres-salud-psicologia-puede-ayudarnos

4. Estrés, un mal necesario; fomenta la creatividad y satisfacción DGCS UNAM mayo 17 del 2019. http://www.unamglobal.unam.mx/?p=65974

 
 
 

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